viernes, 30 de marzo de 2018

Stabat Mater dolorosa, iuxta crucem lacrimosa...





A veces, esta imagen viene a mi, de manera tan nítida que pareciera ser ayer cuando la fotografié. 

Fue también un viernes santo, en la semana santa del año 2015; cuando después de una vuelta recreativa por las faldas del volcán Irazú con mi amigo Diego Cordero y muy cerca de la Basílica de los Ángeles, nos topamos con la imagen de la virgen, a la cual preparaban para las actividades religiosas que tendrían lugar en ese mismo lugar. 

Por efecto del sol y por lo oscuro de sus ropas, la imagen parecía resplandecer, en medio de una atmósfera solemne. Sin vacilar, paré frente a la imagen mientras iba por la calle pero no me bajé del carro, tomé la cámara y empecé a tomar fotografías. 

Es ese mismo bucle que se repite en mi mente de vez en vez. Curiosamente, ayer tuve un instante similar mientras pasaba frente a la iglesia de San Sebastián, antes de ingresar a la rotonda. Imposible parar en ese momento para una fotografía pero esa es otra historia. Esa otra estampa, solo ha quedado en mi mente. 

孟龙