Hoy presento imágenes de una tarde perdida hace más de 8 años atrás. Se constituyen en parte de los tesoros que he guardado celosamente para contar la historia del lugar en que orgullosamente nací, principalmente la de aquellas personas que sin importar la distancia, las circunstancias o el tiempo, siguen y seguirán siendo mis amigos y amigas. Hace años me creo narrador de muchas historias que se juntan, como intuyendo instintivamente que llegaré a vivir mucho y ofrecer las mismas a oídos deseosos de querer escucharlas.
Como todo en la vida, nada es sencillo al principio. Patinar no es lo mismo hoy que entonces, inclusive la palabra "sacrificio" tiene una connotación diferente ahora. Hoy ya no te miran con desconfianza como en aquellos días, aunque seguir haciendo cosas diferentes en la vida, te sigue trayendo problemas. Nuestra adolescencia nos convirtió en adultos fuertes, aún somos una generación rebelde que se niega a olvidar quienes somos y de donde venimos.
Hoy quiero compartir unas cuantas fotografías y vídeo de aquellas memorables tardes en que salía a patinar junto a un grupo de personas excepcionales. Aunque la tecnología para grabar vídeo estaba disponible, aún era un tanto escasa y costosa con respecto a hoy. No obstante, no a todo el mundo se le ocurría estar grabando cualquier "suceso cotidiano" como hoy en día gracias a los teléfonos celulares. Pero no se alarme, estoy hablando de tan solo unos 20 años atrás. La tendencia a grabarlo casi todo, ha sido un resultado del desarrollo de la web 2.0... Uno nunca sabe sí puede hacerse famoso con su cámara, solo hace falta estar en el momento preciso a la hora precisa y subirlo a la red.
Ya antes había contado en una de tantas publicaciones, que desde hace años tenía una preocupación de grabar aquellos cosas importantes como conciertos, actividades y otras cosas importantes que usualmente nadie grababa y que fácilmente terminábamos olvidando con el paso del tiempo. No es posible retroceder el tiempo para grabar aquellos míticos conciertos en casa de Colacho o en la Finca de Ronald, ni mucho menos aquellas tardes legendarias en la antigua poza del parque. "El momento es ahora", me dije por aquel entonces, cuando compré mi primera cámara digital con la esperanza de poner a trabajar en ello. Hoy finalmente, es muy gratificante empezar a compartir estos registros con la esperanza de que llegue hasta nuestros hijos y que estos siempre se sientan inspirados por nosotros, nuestras creencias y nuestras acciones.
Era febrero del 2008, en aquel entonces se suponía que tenía unos 12 o 13 años oficialmente de estar patinando, aunque en realidad lo que llegaba más era a estorbar y fomentar el vacilón entre los presentes. Tal cual lo dice Colacho en un vídeo que "postearé" más adelante, la realidad era que estaba "bien gordo" e inclusive me indica que dejara de "comer cochinadas". Su lectura era acertada, yo iba huyéndole de pocos a la actividad física y casi no tenía tiempo para nada, ya que estaba muy ocupado en otras cosas sin reparar en el estilo de vida poco saludable que tenía. ¡Que dicha que no aparezco en el vídeo!
Hoy ya no es posible ver la cancha debido a que frente a esta se construyó la Red de Cuido y tan solo muy pocos van ahí a patinar; sin embargo, hubo un tiempo en que habían muchas personas personas patinando en la misma, pasando a ser aquel punto de reunión preferido para compartir con los amigos de buenas historias e inclusive, cuando la ley lo permitía, hasta de una cerveza. Hay muchas historias sobre este lugar pero creo que ya habrá alguna otra vez para contarlas y publicar fotos mucho más antiguas. Este es tan solo un viaje al pasado más reciente, en donde lo que interesa por hoy es participar de una patinada memorable, los trucos y las anécdotas de la misma.
Para introducir la presente velada, contamos con la animación del mítico Colacho, quién introducirá poco a poco a los artistas del ruedo. Aquí los tienen, ¿Puede usted reconocer alguno de ellos?, sí lo haces, ayúdame a contarles que fueron vistos por este medio, hace tiempo no tengo noticias de algunos.
Aún faltaban invitados por integrarse a esta mítica patinada, que se fueron integrando a lo largo de la tarde; sin embargo, aquí en están la mayoría de las fotografías que tomé aquel día:
Finalmente y para coronar este pastel, la cereza elegida es nada más y nada, un vídeo corto que grabe ese mismo mientras tomaba las fotografías.